domingo, 12 de diciembre de 2010

El Regreso.

Decidí hacer un experimento conmigo misma y me saqué de mi hábitat natural para ponerme en medio del ruido y el desmadre de la Ciudad de México. De este experimento obtuve resultados buenos y malos. Buenos porque aprendí un chingo de cosas como vivir por mi cuenta, trabajar en un ambiente ajeno al mío, relacionarme, conocer gente nueva y obviamente andar por todo el pinche D.F. como si lo conociera (Aprovecho para agradecerle infinitamente a Google maps por su apoyo. Sin ti, nada de esto hubiera sido posible, you rock!) Y la parte negativa: tanto estrés (cuando no tenía trabajo y por lo tanto no tenía dinero), vivir al día, carecer de ciertas cosas a las que estoy acostumbrada y sobretodo el impactante descontrol de mi acné ya tratado (luego les cuento la historia de esa lucha eterna) me hicieron desesperar y caer en una depresión culera. Pequeños detalles que uno no prevé. Regresé a Chihuahua antes de lo planeado.

Ya estoy en mi casa, con mi familia. Me estoy recuperando de la depre, el insomnio y todo eso. Estoy completamente relajada y al menos en unos diez días no se me antoja pensar en mis planes futuros.

Poniendo todo lo bueno y lo malo de mi experiencia en una balanza, estoy segura de que gané. A pesar de los incidentes desagradables, que a mi ver fueron muuy pocos, lo más valioso fue la experiencia adquirida y las personas valiosas con las que tuve la suerte de toparme. Me gusta mucho México D.F., pienso volver muy pronto.

Pues en resumidas cuentas, ya les platiqué el chisme.



Sentada en Paseo de la Reforma, ahogando mis penas en café capuccino de Seven-Eleven.


¿Qué tengo pensado para el blog? Pues nada, lo mismo que mi vida en general tengo planes flexibles pero nada seguro. Por lo pronto, continuaré posteando habitualmente (como antes) y entre pendejadas que se me ocurren también tengo preparados algunos post "interesantes" que quiero compartirles.

¿Estamos?



KISSES... BYE!

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