El arte: idea, emoción, expresión, obra pero sobre todo necesidad del ser humano. Mas que ir a una escuela a aprender una serie de convencionalismos llegamos al Instituto de Bellas Artes en busca de conocimientos y herramientas para satisfacer la necesidad de crear, de dar a luz productos de nuestra imaginación y nuestro sentir.
Cinco años hace ya que llegamos a esta institución, llenos de curiosidad, expectativas y la fime intención de dedicarnos a despertar emociones humanas y mostrar nuestra visión de las cosas. Dedicarnos a hacer Arte.
Fueron cinco años de crecer, aprender y construir sueños en el futuro. Hoy estamos de pie frente al marco de la puerta que nos dará la salida al mundo, ha llegado el momento de salir a hacer Música, Artes Plásticas, Danza y Teatro.
Recordemos un poco nuestros primeros días en el Instituto de Bellas Artes, repasemos mentalmente la primer clase, el primer maestro, la primer impresión que tuvimos de nuestros compañeros. Recorramos imaginariamente nuestra primer excursión por los pasillos de la escuela, la admiración que sentíamos por los compañeros de semestres superiores. La sensación de estar ahí, justo donde queríamos estar. Ese momento en el que el camino parecía tan largo y este momento tan lejano. Los trabajos, las lecturas, las clases, los maestros, los ensayos que se volvieron parte de nuestra cotidianeidad, el final del semestre en el que las noches sin dormir se volvieron una constante para preparar minuciosamente cada pequeño detalle del examen semestral. Recordemos todos esos pequeños detalles para nunca olvidar que estudiamos carreras verdaderamente maravillosas en las que las horas extraclase incluso llegaban a superar el tiempo que pasábamos en las aulas.
Sí, llegar aquí no ha sido nada fácil pero no hubiéramos podido lograrlo sin la ayuda de los guías, los maestros que nos orientaron a lo largo del camino. Ellos nos instruyeron y a la vez nos generaron nuevas curiosidades que nos encaminaron para adquirir los conocimientos necesarios tomando siempre en cuenta que más que enseñarse, el arte se vive y se consolida en la mente del creador.
El apoyo de nuestras familias ha sido otro factor importante a lo largo de nuestro estudio. Muchas veces no importaba quién fuera nuestro público si teníamos a los miembros de nuestra familia como principales espectadores de nuestros conciertos, recitales, espectáculos, exposiciones y obras.
Recordemos todos esos detalles, esos momentos para recuperar el espíritu voraz con el que empezamos la carrera. Hoy estamos a punto de culminar un ciclo y el día de mañana comenzaremos uno nuevo siendo Licenciados en Música, Artes Plásticas, Danza y Teatro. Como creadores de arte tenemos un gran compromiso con la sociedad. En una época en que la violencia y el caos parecen apoderarse de todo, tenemos que utilizar nuestros conocimientos para crear obras que logren transgredir la conciencia y sacudir los desgastados ánimos de nuestra sociedad. No debemos perder nunca nuestro objetivo y nuestro amor por lo que hacemos. Romper esquemas, innovar, transformar, crear, difundir y trascender, es para lo que estamos hechos. Debemos tener la fuerza y la capacidad de difundir la cultura y si no podemos hacer de este un mejor país, al menos nunca cansarnos de intentarlo.
Cinco años hace ya que llegamos a esta institución, llenos de curiosidad, expectativas y la fime intención de dedicarnos a despertar emociones humanas y mostrar nuestra visión de las cosas. Dedicarnos a hacer Arte.
Fueron cinco años de crecer, aprender y construir sueños en el futuro. Hoy estamos de pie frente al marco de la puerta que nos dará la salida al mundo, ha llegado el momento de salir a hacer Música, Artes Plásticas, Danza y Teatro.
Recordemos un poco nuestros primeros días en el Instituto de Bellas Artes, repasemos mentalmente la primer clase, el primer maestro, la primer impresión que tuvimos de nuestros compañeros. Recorramos imaginariamente nuestra primer excursión por los pasillos de la escuela, la admiración que sentíamos por los compañeros de semestres superiores. La sensación de estar ahí, justo donde queríamos estar. Ese momento en el que el camino parecía tan largo y este momento tan lejano. Los trabajos, las lecturas, las clases, los maestros, los ensayos que se volvieron parte de nuestra cotidianeidad, el final del semestre en el que las noches sin dormir se volvieron una constante para preparar minuciosamente cada pequeño detalle del examen semestral. Recordemos todos esos pequeños detalles para nunca olvidar que estudiamos carreras verdaderamente maravillosas en las que las horas extraclase incluso llegaban a superar el tiempo que pasábamos en las aulas.
Sí, llegar aquí no ha sido nada fácil pero no hubiéramos podido lograrlo sin la ayuda de los guías, los maestros que nos orientaron a lo largo del camino. Ellos nos instruyeron y a la vez nos generaron nuevas curiosidades que nos encaminaron para adquirir los conocimientos necesarios tomando siempre en cuenta que más que enseñarse, el arte se vive y se consolida en la mente del creador.
El apoyo de nuestras familias ha sido otro factor importante a lo largo de nuestro estudio. Muchas veces no importaba quién fuera nuestro público si teníamos a los miembros de nuestra familia como principales espectadores de nuestros conciertos, recitales, espectáculos, exposiciones y obras.
Recordemos todos esos detalles, esos momentos para recuperar el espíritu voraz con el que empezamos la carrera. Hoy estamos a punto de culminar un ciclo y el día de mañana comenzaremos uno nuevo siendo Licenciados en Música, Artes Plásticas, Danza y Teatro. Como creadores de arte tenemos un gran compromiso con la sociedad. En una época en que la violencia y el caos parecen apoderarse de todo, tenemos que utilizar nuestros conocimientos para crear obras que logren transgredir la conciencia y sacudir los desgastados ánimos de nuestra sociedad. No debemos perder nunca nuestro objetivo y nuestro amor por lo que hacemos. Romper esquemas, innovar, transformar, crear, difundir y trascender, es para lo que estamos hechos. Debemos tener la fuerza y la capacidad de difundir la cultura y si no podemos hacer de este un mejor país, al menos nunca cansarnos de intentarlo.