domingo, 11 de noviembre de 2012

Iba a abrir un Tumblr pero ni sé cómo se pronuncia.

Además me dio frío y miedo y mejor me regresé a blogger, aunque ya no esté "in", y nadie me lea, cosa que en realidad nunca me interesó. Y bueno, cómo también me da por gustar de cosas pasadas de moda o que ya nadie usa, aquí sigo. 

Bien extraño todo lo que me ha pasado desde que este cachito de internet existe. Y como he madurado... bueno no. Pero he aprendido a hacer mi vida, aunque sea un desmadre.

Ahora, lo que me gusta de mi profesión, es la libertad que se tiene de hacer las cosas. Cuando trabajas, trabajas mucho y cuando no trabajas, puedes hacerte bien pendejo por unos días o ser bien teto y ponerte a leer hasta los envases de lo que te comes. Como lo hago con todo, siempre busco el punto de equilibrio.
Para mi desgracia, carezco de toda habilidad para ser una persona seria. Por lo tanto, de un momento a otro, tenía que explotar en un trabajo con horario de lunes a viernes de 9 a 6, comportamiento formal, subordinada y además, encargarme a cada rato de limpiar el cagadero de los demás. Y como desde hace varios años me rijo por la filosofía de vida de "lo que te haga feliz", lo que no, suelo mandarlo a chingar a su madre pese a las consecuencias. Heme aquí, con 6 pesos en la bolsa pero muy pinche feliz. Está de la mierda vender tu libertad por un sueldo mensual y "prestaciones de ley" que al final, sirven para pura chingada. 

Y pues sí, a mí me gusta dormirme a las 2 de la mañana, leer de noche, pendejear en internet, ir al teatro, caminar por el centro sin prisas, esperarme a que me llegue la inspiración para escribir 3 días seguidos, escuchar música ruidosa, ser fachosa y ahora tengo la idea de teñirme el cabello de colores nada discretos. ¿Qué puedo hacer? Todo, menos negarme a mí misma. 

El punto de este post, aunque ya me eché mis divagues, es ¿qué hacer con esto? Abandoné una cuenta de twitter, abrí otra que uso poco y por lo regular para enterarme de obras y eventos de teatro. Hay cosas que no me gusta compartir en facebook (de hecho últimamente paso más tiempo ahí, pero es por la necesidad de expresar y compartir algo, lo lean o no) y pues me queda este terruño al cual ya le quité todo lo que ya no le sirve o ya no uso y pues... ya tengo tiempo. Podría mudarme a otro sitio de internet, pero ¿cómo?... ¿cómo si aquí está lo que he pensado y vivido en los últimos años y a los pocos que les interesa saber, ya saben en dónde encontrarlo todo?  ¿O qué... lo cierro nomás porque blogger ya es obsoleto y "ya pasó de moda tener un blog", un espacio en dónde escribir lo que uno quiera? Así su lógica y sus convicciones, tan o más jodidas que el mundo. 

Y como a mí me vale madre, aquí sigo publicando. 



Hola otra vez.