Nomás vine a presumirles compartirles que fui a ver a Les Luthiers y lloré. Lloré de risa.
Desde aquel momento en que mi querido maestro de Actuación I y II, me presentó a estos sujetos, mi vida y mi humor no volvieron a ser los mismos. Verlos fue cumplir uno de esos pequeños deseos poco probables de realizar. Y me encantó verlos. Aquí algo de lo que ví:
y rockearon \m/
Ya puedo morir poquito más feliz.
Y pues como que ya me cambiaron toda la imagen de blogger (no entiendo por qué si ya casi nadie lo usa), pero bueno. Seguiré intentando postear.
Cuando iba en secundaria sólo decía sí y no. Actualmente soy una parlanchina. Hablo y hablo y hablo y hablo hasta que me mareo a mí misma. Lo curioso es que no soy así con todos. No se me da eso de conocer a alguien y en media hora ser súpercuateswowbestfriendsforever.
Hay personas con las que puedo hablar y platicarles las cosas más banales y superficiales de mi vida. Hay otras a las que me nace contarles mi vida entera en lo que me tomo un café y hay otras a las que sólo me nace decirles “buenos días” “buenas tardes” “por favor” y “gracias” y eso cuando es estrictamente necesario.
Igualmente, hay con quienes gracias a mi florido vocabulario del cual ya les había hablado AQUÍ, me limita y me impide establecer una comunicación que no se base sólo en frases de cortesía. Me asusto cual gatito que se trepó a un árbol y ahora no sabe cómo bajarse.
Sin comentarios.
Siempre he tratado de ser una persona muy neutral. Me cagan las personas que en el trabajo, en la escuela o en cualquier nucleo social son o quieren ser amigos de todos en la primer semana. No digo que esté mal ni prohibido ni mucho menos. Simplemente no entiendo cómo alguien puede apegarse emocionalmente a otro alguien en tan poco tiempo. Sobretodo estando en un ambiente en el que tener “amigos” puede ser contraproducente. No estoy acostumbrada a tratar con tanta gente y en el trabajo lo mío es estar sola, aparte y hacer lo que sé que tengo que hacer. Tampoco me traigan chismes. Obvio un día necesitas hablar con alguien de todo lo que te pasa en el ambiente, lo sueltas con alguien no muy comunicativo y ya. Fin. Ahora, que si no tienes con quién hablar de las cosas que te suceden, pues vuelve a tu abandonado blog.
¿Por qué les digo todo esto? Me pasó algo muy extraño cuando empecé a trabajar en la empresa en la que estoy ahora. Al principio, fue como entrar a la escuela. Mucho bla bla bla, jajaja, jijiji, ¡cállate que ahí viene el jefe!, saliendo vamos por chelas, etc. Ahora, tengo suerte si YO le hago conversación al alguien. Y no es porque no me caigan bien, si no todo lo contrario. Pero desde que hubo cierto cambio, ya no me nace llevarme con alguien. Relaciones laborales son relaciones laborales. Tampoco voy a andar extrañando a los que se fueron y menos si tenía tan poco de conocerlos.
Y pues ya, en general trato de aplicar la de llevarme bien con todos y al mismo tiempo no llevarme bien con nadie, ni ser amiguitos. Para bien de todos, pues. Como las drogas. Que son malas. O algo.
En conclusión: No traten de caerle bien a todos. Y si no les da la gana hablarle a alguien para más de lo necesario, pues chingarasumadre no lo hagan. Todo esto, para volver a una verdad elemental: sigo siendo la misma antisocial de mierda de siempre.
Hace mucho que no pasaba por aquí. Ya sea por decidia, por la mera hueva, por falta de tiempo (o por perderlo en otras cosas) o tal vez porque no sabía qué más decir. También, no sabía si continuar con esto o no. No dispongo de tanto tiempo como antes para dedicale y pues así cuál chiste.
Pero bueno, pasemos a lo importante. Sí han pasado muchas cosas en mi vida desde la última vez que me leyeron (mis 3 lectores, por supuesto). Mi vida cambió radicalmente en los últimos nueve meses. Tengo un trabajo, una relación con un muchacho muy guapo, baso mi vida en horarios fijos y la mido en quicenas y en estaciones de metro. Sigo en México, D.F.
A veces recuerdo lo que estaba haciendo hace un año (seguro estaba echada muy a toda madre sin hacer nada) y me sorprendo de lo diferente que es mi vida ahora. Vine para acá con un objetivo, voy lenta pero segura, y no me iré hasta que lo cumpla. Lo más emocionante es todo lo que he aprendido. Estando sola he descubierto cosas de mí que no me sabía. Y ahora, estando con él, también he aprendido, descubierto, pero sobre todo, disfrutado muchas cosas y la ciudad en sí. Tengo material para publicar en el blog durante seis meses a diario... lástima que el trabajo me consume el 80% de mi día y no me es posible. De cualquier forma, trataré de pasar más por aquí. Además, ya no soy tan adicta a twitter ni a internet en sí. Aceptarlo fue el primer paso.
Sí, sí estoy divagando.
Extraño un poquito mi vida tranquila y encerrada. Extraño poquito mi casa, mucho a mis papás y a mi amiga y otro poquito estar en mi zona de confort haciendo ni madres. Extraño mucho mi vida de estudiante y siento que aún no me cae el 20 de muchas cosas. Tanto como para que me de un poco de nervio y medio lanzarme al ámbiente laboral de mi profesión así nomás sin repaso previo de lo que aprendí. Por el momento, estoy tratando de verlo y comprenderlo desde afuera.
Y pues, en cuanto al muchacho guapo, me gusta mucho lo que tenemos. Ambos encajamos bien en cuanto a la forma de pensar y pues es lo que importa. Llegó a mi vida cuando menos lo esperaba, pero en un momento en el que lo necesitaba. Y es una gran persona. Y nos vemos muy chulos juntos. Y ya.
Ya quiero volver a ser igual de temática que antes, y escribir post así bien padres. No sé si me leen. O si les gusta. Realmente nunca me interesó demasiado.