jueves, 17 de diciembre de 2009

Hay que hacer algunos cambios...

En un principio uno se entusiasma demasiado al iniciar con un proyecto. Ser el primero que tiene bien en claro lo que va a hacer, que obra va a poner, con qué objeto y por qué... no sirve de nada. Luego vienen las complicaciones, en primera al maestro no le agrada la obra elegida y te cuestiona una y otra vez ¿por qué esa obra?... luego las complicaciones que te traera la escenografía, las actuaciones... a pesar de eso tu sigues teniendo bien en claro a dónde vas y quieres llegar. Luego los primeros ensayos, tus actores parecen captar la idea que tienes sobre el montaje y recuperas la confianza en que todo estará bien, todo va a salir bien... Luego los ensayos se convierten en algo tedioso... actores que llegan tarde, que no llegan, que siempre tienen otras cosas que hacer, que no te aseguran que te puedan ayudar ese día y que se comprometen con otros montajes a pesar de que tu los invitaste primero... ensayar se vuelve tan fastidioso que ya no quieres ensayar... te pierdes. Llegas al punto de darte cuenta del poco tiempo que te queda y tratas de recuperar el tiempo perdido, aseguras a los actores que faltan y trabajas... finalmente todo tiene sentido, las lecturas del texto se escuchan como lo habías imaginado... todo encaja perfectamente, sientes tranquilidad y seguridad. Llega el día del examen... te falla un actor. Descuido tuyo, descuido de él... no importa... Igual el trabajo estará incompleto. Consigues un suplente inmediatamente "es una lectura en atril..." Trabajas hasta los últimos minutos antes del examen... Hay que recibir la crítica, los comentarios... no quedas contento con el resultado... sabes que pudiste haber dado más. Finalmente reflexionas sobre qué fue lo que paso... no te pudo haber ido tan mal... pero sí. ¿Se trata de darle gusto a alguien? ¿O de montar algo porque fue tu convicción y querías probarte a ti mismo como director (a nivel ESTUDIANTE)? ¿Ya perdimos acaso nuestro inalienable derecho de cagarla? Hay que hacer cambios... drásticos. ADIOS A "LA FE DE LOS CERDOS"

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